Aplicar recortes de austeridad republicana en materia de seguridad empeorará la situación, advierte.
En la recta final de su mandato como embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar marcó su distanciamiento con los gobiernos de la llamada Cuarta Transformación: los acusó de negar la realidad respecto a la inseguridad que impera en México, de echar la responsabilidad a gobiernos del pasado y a Estados Unidos por la situación de violencia, y de cerrar la puerta a la cooperación con su país por “razones ideológicas”.
“La estrategia de ‘Abrazos, no balazos’ no funcionó”, sentenció el diplomático durante una conferencia de prensa, en la cual no quiso abordar temas que no fueran de seguridad.
“Por muchos años se ha dicho que todo está bien en México, que hay seguridad, pero vemos Sinaloa, vemos Culiacán. Decir que no hay problema es negar la realidad (…) se ven problemas en otras partes de México, el asesinato del padre Marcelo en Chiapas; la verdad es que hay un problema muy grande en México”, abundó.
“No se puede quedar con explicaciones del pasado”, insistió el embajador, quien minutos después aseveró que “echarle la culpa a otros, a Estados Unidos como se hace muy claramente, no es lo que se requiere”, en un guiño a los reclamos de López Obrador y Claudia Sheinbaum, quienes atribuyeron a Washington la explosión de violencia en Sinaloa.
Frente a los reporteros, Salazar abandonó el tono conciliador que tuvo durante gran parte de su misión. Lanzó sendas críticas hacia el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador –al que acusó de bloquear un paquete de 22 millones dólares de su gobierno–, y advirtió a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo que aplicar recortes de “austeridad republicana” en materia de seguridad empeorará la situación.
“No se puede pagar a un policía casi nada y esperar que haga bien su trabajo”, aseveró el diplomático, quien insistió en que hay “mucha corrupción” en las corporaciones policiales, las fiscalías y los gobiernos estatales.
Declaró que pone su “esperanza” en el éxito del gobierno de Sheinbaum en materia de seguridad, pero insistió en que lograrlo implicará invertir recursos en esa materia e implementar una cooperación “profunda” con Estados Unidos.